viernes, 21 de octubre de 2016
Deep
Vuelve, vuelve a destrozarme como sólo tú sabes. Y si veo que no estás, no te preocupes, iré yo. A fingir que te planto cara, que puedo contigo o que podemos convivir en paz. Porque si no, seguirán diciendo que no existes, que eres parte de mí. Como la máquina que termina con su creador. Y volverán, también, la sarta de consejos de los que creen haber vivido algo similar y los que dictan sentencias sobre lo que tengo que hacer, de una manera que parece tan simple y fácil de ejecutar que como mínimo me hará replantearme mi...¿inteligencia?¿cordura? Porque lo del sentido común ya queda completamente descartado. Cuando lo que menos necesitas es eso, un bombardeo verbal sobre tus errores y sólo quieres que te hagan sentir que no estás sola, que no estás loca, y que, aunque lo estuvieras, van a seguir a tu lado. No para destruir al monstruo que yo me encargué de alimentar, sólo para que se duerma y pueda olvidarme de él, por el máximo tiempo posible...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario